domingo, 22 de mayo de 2011

Érase una vez la democracia (II)


Capítulo 6
No hay más ciego que el que no quiere ver
Adormecida la ciudadanía, perezosa de movilizarse por las injusticias sociales, agazapadas en su madriguera del espejismo del bienestar en sus Centros Comerciales, en los concesionarios de coches, en los templos del ocio, en las rutas del fin de semana con alcohol y drogas non stop, en el confesionario de la caja tonta como exculpador de conciencias, con las audiencias de la telebasura en el altar de los records guiness y a gustito entre los brazos del Morfeo de la cultura enlatada, casposa y ridículamente disfrazada de falso underground…llegó la incapacidad (que no discapacidad) visual de la que nos habló José Saramago en su “Ensayo sobre la ceguera”. No hay más ciego que el que no quiere ver.
Capítulo 7
Hacia el fundamentalismo democrático
El rumbo de los intereses de un gobierno compuesto de siniestros personajes fascistas, herederos del franquismo, asesinos con las manos manchadas de sangre, hooligans del ultraliberalismo económico y amiguetes de la feria inmobiliaria y el ayuntamiento prevaricador, quisieron hacer creer que unas supuestas armas de destrucción masiva estaba en poder de un loco allá por el Próximo Oriente.
Quisieron construir un enemigo a medida de sus intereses (que ellos mismos ayudaron a EEUU a crear y dotarle de la mejor tecnología armamentística). Quisieron construir un logos perverso con la abyecta complicidad de los medios de comunicación, una manipulación semántica de la expresión “Condeno la violencia” (se condena el terrorismo de ETA pero no se verbaliza la condena del terrorismo y matanza de civiles palestinos por parte del gobierno – no del pueblo- israelí).
Quisieron engañar a la ciudadanía un 11 de marzo de 2004 pero no lo consiguieron. Y ésta creyó liberar al pueblo del yugo de unos intereses partidistas para ceder el poder a otro gobierno que no hizo más que perpetuar el camino que inició el que le precedió. Un camino que desfiguraba la Democracia, una Democracia que se convertía en fundamentalista a imagen y semejanza de Al-Qaeda, los seguidores de Cristo Rey o de las sectas religiosas.
Capítulo 8
www.estadodederecho.paf
El viaje de aquel país que le llevó de la dictadura al fundamentalismo democrático facturó el equipaje del parlamentarismo como mercancía de compraventa de votos, quedando en el limbo de las ideologías, a merced de los dueños de la riqueza. La pérdida de este equipaje tuvo una atención al cliente sorda ante la razón crítica de quienes pedían auxilio por un altavoz con mute activado. El Estado de derecho destrozado, anulado, acorralado, se acerca el final de partida.
Game Over.
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2 comentarios:

  1. estadodederecho.paf

    Jajaja!!!

    Buen batacazo nos hemos pegado. ¿Y ahora? ¿Conseguiremos caer de pies?

    Un abrazo!!!

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  2. Los pies están en un cesto de cemento armado ¿cómo saldremos?

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