En un lugar remoto de Orión nadie teme a los replicantes. Aunque aparenten una cosa y luego sean otra. A pesar del sorprendente vello de sus brazos, de la claridad de sus ojos y hacer brotar sangre a borbotones de una herida, a pesar de todo ello, todavía no han conseguido clonar la lengua viperina.
Invidia by Jacques Callot (1620) |
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