sábado, 1 de diciembre de 2012

Los políticos que no amaban a los cines

El Periódico de Catalunya. Jueves, 29 de noviembre de 2012

Cornellà pierde el Cine Pisa, su última sala de cine tradicional

En su lugar se edificarán un centenar de viviendas, 20 de ellas de protección oficial

  
Sábado tarde. Diciembre de 1977. Ocho añitos. Mi vecino Johnny y yo salimos de la colmena de hormigón, calle trece, celda seis. Abordamos la travesía de montículos de tochanas, pegotes de cemento y tropezones de alquitrán. Sorteamos el enredo del gato Blas triscando con las raspas de merluza en el descampado. Las chapas, las limas y las gomas de saltar eran de todos y no eran de nadie. Recordando la catequesis del viernes. De corte comunista. Del padre Salvador. Un cura pecador, de los de verdad. Como Dios manda. Acogiendo reuniones clandestinas, camellos y desahuciados en la parroquia más libertaria de los márgenes urbanos. Y con la hoja afilada del obispado meciéndose amenazante sobre su calva. Y el padre Salvador meciéndose en el descampado de la insurrección como quien oye llover. Pantalones de pana de extrarradio. Con la plasta de barro salpicada en los tobillos. El pantalón remendado del invierno anterior  y las rodilleras de tergal que nos cosía la abuela se mostraban como orgullosas condecoraciones al mérito callejero. Y los bolsillos custodiando los cromos repes: Iríbar, Migueli y Santillana. Y con la imagen futbolística del año, refulgiendo en la retina infantil: Juanito recibiendo un botellazo en el Yugoslavia-España. El orgullo de la roja, extraviada por culpa de míseras guerras civiles, secuestrada por el Plan Marshall y la  escopeta nacional. El Mundial de Argentina 78 esperaba.
- ¡No diga Kempes, diga gol! - aullaba el locutor de Carrusel Deportivo
Hasta que Cardeñosa falló lo imposible. Lupas de hipermetropía de diagnóstico tardío. Noticiarios de plomo. Atentado por la mañana, atentado por la tarde. Noticias nunca programadas, siempre aseguradas. 625 líneas de blanco y negro.
- España tiene dos graves problemas: ETA y Cornellá - dijo el militar.
Yo no sabía por qué. Sólo sabía que Cornellá tenía mil conflictos y no había problema alguno en ello.



Héroes: los había de dos clases: los de papel, de la Bruguera. Y los de carne y hueso: los perros callejeros. Y también había villanos: los señores de gris sobre fondo gris que bajaban por la avenida corriendo y te estampaban la porra en la espalda. Al jadear se les olía el agrio del alma indigestada por cuarenta años de dictadura. Donde nunca supimos qué cojones era aquello de la Nova Cançó ni falta que nos hacía. Ya teníamos a La Banda Trapera del Río, los príncipes de las cloacas, los Sex Pistols del Llobregat. El primer grupo de punk de España.  


Y sin pensar un segundo en todo aquello, así fue como mi vecino Johnny y yo fuimos juntos a ver La guerra de las galaxias. Una  larga cola compuesta por un chiquillerío histérico e impaciente, espoleado por los vuelos marciales de Bruce Lee  nos esperaba. Dobles sesiones de kung-fu y humor grueso. Serie B. B de barrio. 75 pesetas. De fotogramas quemados, de operadores de corta y pega y sonido chisporroteante. Luego vendrían Bud Spencer, Grease, Supermán, E.T. La general y la platea. El gallinero y la purria, los hijos de trabajadores. Y las banquetas de madera, cuidado no te fuera a tocar la de la semana pasada que algún quinqui partió en dos mientras se lo montaba con Paqui la del colmado. El acomodador entonces mostraba la tarjeta roja y expulsaba del cine al quinqui y sus amigotes. Y los niños explotaban a reír, y el cine aplaudía. El crujir de las bambas sobre la alfombra de pipas y la sesión contínua. Eso era el cine Pisa.



¿Y ahora, qué? Ahora palomitas de plástico y viviendas de corrupción oficial.

Que la fuerza os acompañe.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Las tres mariposas



Las hermanas Mirabal - Patria (n. 1924), Minerva (n.1926) y María Teresa (n. 1935) – fueron tres muchachas que nacieron y crecieron en la República Dominicana, en una zona rural y vivieron de forma acomodada gracias a su padre, comerciante y hacendado. Durante su etapa de aprendizaje escolar destacaron por su inteligencia y su aplicación en los estudios. Pero la llegada al poder del dictador Rafael Leónidas Trujillo precipitó la pérdida del sostén económico de la familia. El principal motivo fue porque el padre, Enrique Mirabal,en 1949 invitado en tres ocasiones a una fiesta organizada en el Palacio de Gobernación en honor al dictador, defendió a su hija Minerva cortejada por Rafael Trujillo. Hasta en tres ocasiones, Minerva rechazó  el galanteo de Trujillo, hecho que puso furioso a éste y puso en marcha un plan con el que vengarse. Enrique Mirabal, fue objeto de una destrucción que duró cuatro años, no antes sin haber sido torturado y habiendo pasado por diferentes prisiones hasta su muerte en 1953.
Minerva, antes de los hechos, ya se posicionó como activista política y durante sus estudios universitarios en Derecho, en los que logró brillantes notas y acabaría doctorándose, aumentaría su actividad en contra del régimen sanguinario y represor de Trujillo. Sus hermanas, María Teresa y Patria, al igual que Minerva, se casaron con hombres con los que compartían sus ideales de lucha y preocupación por la ausencia de derechos y libertades civiles, no ya en República Dominicana sino en el resto de América Latina. Todos ellos, formarían parte del Movimiento Revolucionario del 14 de junio, y las tres hermanas clandestinamente se harían llamar “Las tres mariposas”.
Entre tanto, Trujillo, ya había ordenado espiarlas y perseguirlas, teniendo como resultado su detención, torturas y violación en varias ocasiones, así como a sus respectivas parejas se les encarceló durante largos períodos de tiempo. En su empeño por continuar su lucha, Las Mariposas, continuaron luchando en la clandestinidad y Trujillo decidió quitárselas de encima.
Tras urdir un plan junto con el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) del régimen, el 25 de noviembre de 1960 se les tendió una emboscada en las afueras de Puerto Plata, las secuestraron a punta de pistola, las torturaron y las asesinaron de forma salvaje y cruel, golpeándolas con palos y otros objetos contundentes hasta su muerte. 

 A continuación las introdujeron en el vehículo donde viajaban junto con el chófer que también fue asesinado e hicieron precipitar al vehículo por un terraplén para simular un accidente.Su asesinato, que no pudo ocultarse, impactó de lleno en la sociedad dominicana y sirvió para enervar los sentimientos de injusticia entre del pueblo dominicano y al año siguiente, el régimen empezó a derrumbarse con el asesinato de Rafael Trujillo y los ejecutores de Las tres mariposas condenados – aunque ninguno cumplió la condena de 30 años que se les impuso, es más, se les sacó del país a través de pasaportes falsos poco tiempo después.

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Las tres hermanas, fueron objeto de debate en 1981 en el I Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá, Colombia y se decidió marcar el 25 de noviembre como  el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres. Posteriormente, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Declaración A/RES/48/104  sobre la eliminación de la violencia contra la mujer y en 1999 la misma ONU emite la resolución 50/134 en que se aprueba el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en memoria de las hermanas Mirabal.
 

Violencia política y violencia de género 


De los diferentes artículos de la resolución se desprende que el asesinato de Patria, Minerva y María Teresa confluyeron dos tipos de violencia: la violencia de estado y la violencia de género, ésta última como consecuencia de aquella entendiendo este tipo de violencia como producto de las profundas raíces del sistema del patriarcado especialmente en países gobernados bajo dictaduras, Quedó probado que los instrumentos de poder y de servicio al estado atentaron contra los derechos humanos de las hermanas Mariposas, en el que incurrieron el secuestro, la tortura, la brutalidad policial y militar y el asesinato político a través de una ejecución extrajudicial.

Conexión de los servicios secretos españoles y Trujillo

El régimen de Trujillo, contaba con un aparato de represión: el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), y que actuaba como policía secreta en los últimos años de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Intervenían con plena licencia para actuar, extendiendo la estrategia del terror entre la población civil practicando para ello con el espionaje, la coerción, la persecución, la tortura, el secuestro y el asesinato. Uno de sus jefes, el militar dominicano Johnny Abbes García, fue conocido por sus brutales métodos sádicos y crueles. Y éste mismo fue quien organizó el plan para asesinar a las hermanas Mirabal. Mario Vargas Llosa, en su novela de La fiesta del chivo, ambientada en la dictadura de Trujillo, interviene como personaje de la misma, Johnny Abbes.
La actividad del SIM tuvo lugar entre 1957 y 1962 y justamente recibió la ayuda del dictador Franco. Uno de sus funcionarios de policía  más reconocidos, el supercomisario Roberto Conesa, viajó hasta la República Dominicana, donde estuvo colaborando con los militares del SIM para adoctrinarlos y perfeccionarlos en las estrategias y técnicas de persecución contra elementos contrarios al régimen, estancia que coincidió con la dirección del SIM de Johnny Abbes.
Roberto Conesa, ejerció la función de servidor al franquismo desde muy joven. Al final de la Guerra Civil, estuvo implicado en la detención de Las Trece Rosas; luego sería un destacado funcionario al servicio del Estado español, primero siendo jefe de la Brigada Político-Social  y luego en la etapa de la Transición dirigiendo diversas operaciones policiales desde las cloacas de los servicios secretos del Estado llegando a estar relacionado con organizaciones terroristas de extrema derecha españolas e italianas. Llegó a ser conocido como el supercomisario y temido por las fuerzas de izquierda en la clandestinidad por sus métodos brutales de interrogatorio y tortura. Ésta es, una de las innumerables pruebas que la Transición no fue ni pacífica ni modélica y está demostrado que la violencia de género formaba parte de sus estrategias de terror sobre aquellos que se atrevían a poner a prueba al régimen franquista. Silvia Carretero, una muchacha sospechosa de haber pertenecido al FRAP fue detenida y torturada en la comisaria de Roberto Conesa en la Dirección General de Seguridad. Todavía hoy, conserva señales de las heridas y recuerda su traslado en el coche policial a las dependencias: “...mientras me trasladaban, los guardias que iban en el coche me decían: sabemos que estás embarazada porque tienes las tetas muy gordas, pero nos importa tres cojones que abortes…”.
Heridas que Silvia puede explicar. La tres Mariposas, no. Pero su valentía, que muchos hombres y Estados no tienen, servirán para siempre de ejemplo de una aberración que nunca debería haber existido.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Instrucciones para votar (en un pequeño país)

Tómese su tiempo. Cíñase al fasto magisterio de la libertad y ejerza su derecho sin vergüenza. Y si la tiene, diríjase al confesionario, donde su elección cobrará vida secreta. Despliegue las cortinas. Entre. Luego, protéjase detrás de ellas. Déjese de zarandajas y no se le ocurra encender velas, o saldrá ardiendo. No es necesario. Al finalizar la jornada, y tras el primer sondeo de la agencia Glups a pie de urna, ya saldrá ardiendo el perdedor en una pira que le habrán preparado los medios para la ocasión. Allá, mientras su cabello chisporrotea igual que el palo de un auto de choque,  gritará desaforado que cero votos no es un resultado menor. Pero nadie le creerá.



Tampoco se deje influenciar por el trasiego del día. Las televisiones no cejarán en su empeño en  informar en todo momento que la jornada se estará desarrollando con absoluta calma y tranquilidad; pero la verdad es que toda la población no cesará de realizar desplazamientos de sus casas al colegio electoral, del colegio electoral al vermut, del vermut al partido de fútbol del niño, del partido de fútbol del niño a la fideuá de la yaya Quimeta y de la fideuá de la yaya Quimeta a la jornada de puertas abiertas de la ONG Cretinos sin Fronteras.


Respire hondo, hasta donde le permita la conciencia. Usted y la papeleta, la papeleta y usted. El tiempo entre cortinas pasará rápido, pero repase de nuevo las candidaturas: ahí estará su futuro. No se desvíe ni se distraiga. No se obceque en pensar diferente ni apoyar aventuras irresponsables y menos todavía en apostar a caballo perdedor. Para ello puede servirse de la técnica calambur: entre la gaviota y la rosa, su majestad escoja. Son los fondos de inversión de renta fija del mundo político. Poco rentables, pero seguros.A continuación, salga del confesionario. Diríjase a la mesa electoral. No deje en todo momento de aferrarse con sus dedos a la papeleta escogida. Ya se ha liberado de esa pesada carga de la conciencia. Al cabo de unos instantes, el vocal primero, que no sabe leer ni escribir, el vocal segundo, aquejado de narcolepsia, y el presidente erecto - que comenta chascarrillos -, le recibirán. Marcarán la raya en su nombre, en el censo de un país conformado por veintitantos ciudadanos.


El sobre y la papeleta iniciarán un suave pero decisivo eslalon desde el boquete hasta el culo de la urna. Ésta recibirá la breve e insoportable levedad de un papel. Intente no hacer al mismo tiempo lo siguiente: dar la mano al presidente, dar la otra mano al vocal segundo, dar los buenos días a la cotorra Asunción que acompaña al vocal primero y que le representa mientras duerme - ¡Ramón, despierta coño! - ...enseñar su documento de identidad, enseñar su mejor sonrisa a la tele nacional, dar su nombre y apellidos, dar su dignidad y votar. No lo haga todo a la vez o corre riesgo de sufrir un colapso por sobredosis cívica.


A la salida, deténgase. Acaricie y saboree ese precioso instante de haber cumplido con el deber. Ya no tendrá que oír más promesas. Se las habrá llevado el viento al atardecer.

sábado, 10 de noviembre de 2012

La vida de los muertos (IV)

Una muerte de mierda




“…espérese y le prestamos una tienda de campaña. O acceda a la ayuda que le prestarán los servicios sociales, ellos le facilitarán los tickets del comedor social. Pero no se tire por favor, o nos estropeará nuestro plan de desahuciar a cientos de familias cada día, mujer, no lo haga, que también tenemos familias que alimentar…”.

Esto, o algo parecido, vino a decir la comitiva judicial y su orden de desahucio contra Amaia Egaña y su familia por impago de las cuotas de hipoteca de su piso. Orden que no pudo llevarse a cabo el nueve de noviembre de 2012, en la población de Barakaldo, puesto que Amaia, presa de la desesperación, víctima del absurdo y humillada por un sistema que antepone los intereses de los bancos a la dignidad de las personas, que rescata a los delincuentes en vez de a los inocentes, decidió poner fin a una situación extrema. Quizás, en su dignidad llevada al límite, dijo: “…no acepto esto. Si pierdo el techo por el que tantos años he trabajado duro y con ello, además,  pierdo mi dignidad, ¿qué me dejarán para vivir?...”.

La prensa digital, en pocos minutos, dio fe de lo sucedido y las redes sociales, foros y portales de información recababan opiniones y declaraciones en un tono crispado y un volumen muy elevado de indignación e incredulidad, no ya por lo sucedido, sino por la impotencia generada ante un hecho provocado por la injusticia en su versión más descarnada.
En un extremo, el martillo pilón de una gran siderúrgica financiera que machaca a los ciudadanos; un martillo pilón que marca el ritmo acompasado, igual que en las galeras de Ben-Hur. Acrecentándose por momentos. Alimentado por el miedo y la coerción que instigan los cada vez más salvajes latigazos del amo: un amo organizado, en perfecta alineación al modo de las legiones romanas y reforzados por Ortatus, el político, que golpea el martillo.  Políticos de mensajes milenaristas y vendedores de opio adulterado. En el otro extremo, los ciudadanos condenados a las galeras, reman con la vista cabizbaja a un ritmo cada vez más alto. El enemigo, a la vista, todavía está lejos. Pero queda cerca el día en que deberán obedecer a la troika, deberán arrodillarse y entrar en boga de ataque. El ritmo es irresistible para muchos. Unos desfallecen. Otros arrojan la toalla. Otros tiran la toalla y se arrojan. Como Amaia. Al vacío. A la nada. Hasta que la nave que transporta a los esclavos, eufemísticamente llamados ciudadanos del siglo XXI, entra en boga de ariete e impacta contra el barco enemigo. El barco de la democracia y de los derechos civiles. Es el nuevo orden mundial.
Barakaldo es una población de gente trabajadora. Tuvieron que soportar los años de plomo de la violencia política después de una Transición pactada a espaldas de sus ciudadanos. Tuvo que soportar el derrumbe de la economía que la sostenía: los Altos Hornos de Vizcaya. Que tuvo como consecuencia la proliferación de parados que podían ser perfectamente los personajes de Los lunes al sol. Donde una ingente cantidad de muchachos y muchachas, nacidos en la época del baby-boom, se vieron abocados al paro y a formar parte de la versión euskera del No Future con banda sonora propia: heroína, sida, violencia, pistolas, represión, drogas, alcohol y sobre todo el maquiavélico Plan Zen que el gobierno socialista (sí, socialista) creó para criminalizar de terroristas a la juventud vasca de entonces.
Y ahora que Barakaldo continuaba su historia por otros derroteros económicos y a pesar de crecer sobre toneladas de Lindano, plaguicida extremadamente tóxico que campaba a sus anchas en los antiguos recintos industriales; ahora que crecía con la esperanza de que una nueva savia política libre de pistolas aportara algo más de razón y de coherencia; ahora vienen (nunca se fueron) las amenazas de los ricos. Y han encontrado en Amaia a una víctima propiciatoria, lavando - eso sí - sus conciencias pocas horas después con el anuncio de que intentarán la paralización de los desahucios.
Esto es terrorismo. De estado, o financiero, o como le quieran llamar. Pero no veo que salgan cogidos de los brazos con el tufo que desprenden a unión y democracia y su particular perversión semántica del lenguaje ni les veo dispuestos a realizar un acto de humildad y constricción condenando también esta violencia. Sin pistolas. Pero con armas mucho más eficaces, letales e igual de execrables.

¿Por qué Amaia, por qué? Hoy muchos ciudadanos nos sentimos muy mal y no podemos evitar pensar que entre todos podríamos haber hecho algo más. El apoyo a los ejecutores de este plan de exterminio a los derechos de los ciudadanos se lo han dado en este país más de once millones de personas. Tantos años de lucha y de derramamiento de sangre de inocentes para que en menos tiempo que dura una canción de los Ramones se desmonte el armazón del www.estadodederecho.paf!  Para que todo acabe en una muerte cocinada a fuego lento.

Para que todo acabe en eso, en una muerte de mierda.

viernes, 21 de septiembre de 2012

La vida de los muertos (III)

Ni tan calvo ni con dos pelucas




No sabemos si existen vidas que sobreviven a la propia muerte pero sí sabemos que el factor muerte siempre estuvo muy ligado al político don Santiago Carrillo a lo largo de toda su vida. A pesar de su avanzada edad y algunos lógicos achaques, nunca pudo decirse que era un muerto en vida, al contrario, mantuvo un pasado lejano totalmente presente ya fuera en los micrófonos de los magazines radiofónicos de tarde o en las presentaciones de libros o incluso a través de terceros como la disección novelada que sobre su persona realizó el escritor Javier Cercas en Anatomía de un instante. De uno u otro modo, suscitaba reacciones de lo más extremo desde la indignación hasta la idolatría. A nadie dejó indiferente, pues se trataba de una persona de opinión propia que nada callaba, unas veces nadando a contracorriente de lo que se suponía debía opinar y otras desdiciéndose de aquello que postuló en otros momentos de su vida.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Del contrato social: el matrimonio entre España y Catalunya


El contrato social: una aproximación



El contrato social (definición extraída de Wikipedia) es un acuerdo real o hipotético realizado en el interior de un grupo por sus miembros, como por ejemplo el que se adquiere en un Estado en relación a los derechos y deberes del estado y de sus ciudadanos. Se parte de la idea de que todos los miembros del grupo están de acuerdo por voluntad propia con el contrato social, en virtud de lo cual admiten la existencia de una autoridad, de unas normas morales y leyes, a las que se someten. 
Cabe destacar primero que anteriormente a Rousseau, que fue el filósofo que describió de forma más acertada este tipo de acuerdo, existió otro filósofo que avanzó un siglo antes una formulación similar: Thomas Hobbes en su obra Leviatán. El sustrato del orden natural en que se basan Hobbes y Rousseau para modelar su percepción de la naturaleza del ser humano son divergentes. Hobbes afirmó que el hombre es un lobo para el hombre y que por ello debía existir una autoridad que regentará las voluntades individuales. Rousseau creía que el ser humano es bueno por naturaleza y establece el contrato social como medio de que garantice unas condiciones de libertad e igualdad de diferentes grupos de personas (naciones en el caso que nos atañe) para facilitar la consolidación de un Estado de derecho.. Pero en este tratado confluyen de forma determinante las ideas filosóficas del liberalismo (más puro). El pensamiento de Rousseau sirvió de base ideológica en los hechos de la Revolución Francesa y también tuvo influencia en los procesos del liberalismo político del siglo XIX. Cabe señalar que la idea de contrato social es anterior a la conformación del nacionalismo español o catalán como idea social y política que tuvo como punto de partida el siglo XIX.
 
Evolución del contrato entre España y Catalunya

No hace falta señalar

sábado, 15 de septiembre de 2012

Microrrelatos (IV)

El consejero


Obelisco calatravaEl consejero delegado se acomodó en el nuevo tapizado de piel del coche oficial. Se anudó la corbata. Repasó su agenda en el portátil y leyó los correos pendientes. Torció el gesto: la cotización bursátil de la compañía continuaba la carrera alcista, aunque a menor ritmo de lo esperado. Pero se sentía mejor después del partido de squash. El vehículo enfiló el Paseo de la Castellana encadenando varios semáforos en verde hasta que se detuvo. Un tipo de su edad que vestía un polo deportivo se acercó a la ventanilla. Golpeó con sus nudillos el vidrio del coche. Le mostró un vaso de papel de Starbucks pidiéndole una ayuda.
- ¿César? - se preguntó el consejero.
El mendigo perdió la mirada en el interior del vehículo.
El chófer arrancó sin esperar al cambio de luces.
- ¿Se ha fijado, señor? Los mendigos de la Castellana visten Lacoste.

(imagen autorizada para uso público :por Guimir (Trabajo propio) [Public domain], undefined)

miércoles, 1 de agosto de 2012

De la cultura del pelotazo al pelotazo cultural

Reseña del libro:
CT o la cultura de transición : crítica a 35 años de cultura española / Carlos Acevedo ... [et al.]
Barcelona : Debolsillo/Random House Mondadori, 2012


Portada dle libro: CT o la cultura de la Transición (reproducción bajo normas de Creative Commons)
Interesante libro caído entre unas manos ávidas de mamporros ensayísticos decidido a interponer entre la siesta y la canícula un espacio de pura tensión crítica.
La expresión de pelotazo de la cultura - acuñada para la ocasión por los periodistas Pablo Elorduy e Irene G. Rubio en las páginas de Diagonal Periódico - define el paradigma que supuso - y supone -  el establishment cultural desde los años de la Transición a la democracia en España. El periodista Guillem Martínez, cerebro gris del libro atribuye a la concreción de un proceso doctrinario de la progresía setentera, la inculcación de una idea de cultura a la naciente sociedad democrática de aquel entonces (1975-1982 por poner unas delimitaciones al contexto temporal).
Detrás de las élites culturales no existen personas ni conspiraciones, no. Existe y subyace una idea de lealtad y prietas las filas ante el consenso y la democracia, términos que curiosamente nunca han dejado de ser un leit-motiv en los discursos monárquicos de la profunda y honda satisfacción.
Pero ¿qué nos quiere explicar este libro?

jueves, 19 de julio de 2012

Microrrelatos (III)

Niña lycopodium

por Soledad Vega


(microrrelat suprimit per cedir els drets al III Concurs de Microrrelats Negres de La Bobila (L'H).

martes, 10 de julio de 2012

Los fantasmas de Sarriá visten de chandal

Entrevista a Wilmar Cabrera. Periodista colombiano autor de la novela Los fantasmas de Sarriá visten de chandal editado por Milenio. Libro más vendido en la Casa del Libro de Rambla Catalunya en su semana de lanzamiento. Junio de 2012


El partido Italia-Brasil del Mundial 82 debería estar en el Louvre, como una obra de arte.




¿Por qué un libro sobre fútbol?

Siempre quise escribir una novela sobre fútbol pero no sabía cómo proyectar y materializar esta idea. Los libros sobre fútbol me interesan pero la mayoría me acaban defraudando ya que se centran en la cotidianeidad y básicamente sólo salen biografías. De hecho, en ellos, se habla poco de fútbol y pienso que lo dificulta el hecho que tratarlo desde el punto de vista literario es muy difícil.

martes, 19 de junio de 2012

La vida de los muertos (II)

Hipercor, 25 años de dolor y olvido

Nadie los vio. Quizás sólo un miembro de las fuerzas de seguridad los vigilaba, pero no había nada que temer. La tensión maniataba cualquier intento de acto histérico o irracional. Frente a frente, asesino y víctima, sin más barrera que una distancia de seguridad protocolaria y veinticinco años de incredulidad.

¿El asesino será diferente a aquella persona que depositó en el parking de Hipercor un Ford Sierra con cien litros de gasolina, escamas de jabón, pegamento, tornillos y un detonador que hizo saltar el centro comercial por los aires a 3.000 grados de temperatura? pensó probablemente Roberto. No lo sabemos.

¿Qué le digo a la víctima? ¿Qué me dirá? ¿Podré soportar el peso de tanto sufrimiento? ¿Todavía me niego a reconocer el daño causado por miedo a que no podré soportarlo?
se preguntó, quizás,  el verdugo conforme la adrenalina invadía todas y cada una de sus fibras nerviosas instantes antes de la reunión con Roberto.

Nadie lo supo. Los muertos fueron veintiuno. Los heridos, decenas, por quemaduras, por asfixia, por sordera y muchas otras dolencias terribles de explicar. Y centenares, de heridos en el alma, que nunca podrán sanar. Siendo responsables los terroristas de la masacre, se pudo minimizar la tragedia. Pero lo impidió un encadenamiento de errores provocado por la torpeza e incompetencia más absoluta en la coordinación policial, que no procedió  a la evacuación de Hipercor, evidencia que ha sido reconocida por la justicia así como por investigadores en la materia como Antoni Batista, doctor en Ciencias de la Comunicación, que diseccionó los momentos previos a la deflagración y que dio lugar a la publicación de un libro sobre la cuestión. Sólo la actuación policial posterior que capturó al comando Barcelona, autor del atentado, compensó en parte la imagen de las fuerzas de seguridad que quedó en entredicho.


La vida es vida y así está reconocida. Y la muerte es muerte. Pero los muertos tienen vida. Una dimensión no reconocida, un limbo invisible para la Administración. Y para la sociedad. Algunos viven. Otros no porque están muertos. Pero viven. Y de qué manera. Si no que se lo pregunten a Nuri Manzanares. Perdió a sus dos hijos y a su hermana. O a Alvaro Cabrerizo: perdió a su mujer y sus dos hijas, que fueron a comprar un bikini. Nunca más las volvió a ver.

Álvaro siempre se ha preguntado tres veces ¿por qué? Una, por qué ese atentado. Dos por qué mi mujer y mis dos hijas. Y tres, por qué me ha dicho la Administración que no soy una víctima. La respuesta es que no fue a ningún médico y dos, no estaba allí presente. Sólo con haber ido al médico de cabecera y le hubiera recetado una aspirina ya le hubieran reconocido como víctima. Todavía se lo sigue preguntando. Pero no en este mundo, porque hace dos años falleció de un cáncer. Se lo pregunta en otra vida. Lola, su segunda mujer, luchó junto a Álvaro por el reconocimiento de las víctimas. Defiende que Álvaro clínicamente falleció de càncer, pero que vitalmente murió porque se sintió sin fuerzas para luchar. Te puedes enfrentar al odio porque un resorte muy humano y profundo te empuja a rebelarte contra ello. Pero, delante de la incomprensión y de la exclusión ¿Contra qué vas a luchar? ¿Contra una sociedad que te ha hecho invisible?


Hay quien criticará cierta pornografía gratuita y emocional de este artículo. Pero no he venido a hablar de ello sino de las víctimas, porque son víctimas por culpa de unos asesinos y son víctimas porque la Administración los pone contra las cuerdas, sometiéndolos a un entramado burocrático y legal difícil de soportar sumado a la ya difícil situación sufrida. Máxime cuando durante esta semana, los atletas de la Transición, todo ese grupo de políticos antifranquistas aficionados a correr delante de los grises y que, decían,  luchaban por la democracia, se unen a otros políticos de diferente calado ideológico y les dedican a las víctimas unas palabras y unas palmaditas y dejan correr alguna lágrima, ahora que se cumplen veinticinco años del atentado de Hipercor. Pero me pregunto: ¿no han sido capaces, en todo este tiempo, de resolver diligentemente la situación de treinta y tres víctimas de Hipercor por unos estúpidos, absurdos y esperpénticos argumentos legales que les impide ser reconocidas como víctimas? No es de extrañar, ahora que estos políticos, pactistas en la Transición, hayan permitido dejar el país español como está y no contentos con ello someten a la ciudadanía a rebajar brutalmente la calidad de vida y los derechos democráticos. Sí, ellos, que dicen lucharon por la democracia.


La AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) también es un ejemplo de ello. No representa a las víctimas. Representa una idea secuestrada y sesgada en términos políticos, alejada de la realidad, que comulga con el chantaje emocional para empozoñar a la sociedad. La politización fue la razón por la cual Roberto Manrique tuvo que desvincularse de esta asociación, (él representaba la delegación catalana), para pasar a ser el impulsor de la Asociación Catalana de Victimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) en 2003. Desde esta asociación ha conseguido, por ejemplo, que las víctimas del atentado de la sala de fiestas Scala en 1978 hayan sido consideradas víctimas del terrorismo. Un atentado clave en la Transición pues se juzgó socialmente en paralelo a la CNT y criminalmente a unos jóvenes y que años después se demostró que fue un atentado urdido desde los servicios secretos españoles para hundir al movimiento sindical anarquista La documentación del proceso judicial es confidencial y alto secreto de Estado  y no se podrá acceder a sus archivos hasta el 2038. El hijo de uno de aquellas víctimas mortales, ahora concejal en el ayuntamiento de Santa Perpetua de la Mogoda todavía busca una respuesta a ello y no se lo permiten. 


Y sin desear crear ningún conflicto, todavía existe un profundísimo tabú existente en la actuación de una parte de las fuerzas de seguridad del Estado (no se puede generalizar, cada realidad en su sitio) ejerciendo la brutalidad y la tortura en las comisarías a centenares de jóvenes vascos, que sin llegar a tener una vinculación con el terrorismo, sufrieron la violencia política sólo por el hecho de ser vascos o simpatizar con el independentismo no con la violencia. Claro está, que a ojos de la sociedad y los políticos no eran más que los efectos colaterales, un eufemismo con el que en definitiva, se pretende justificar la violencia sea ésta legal o no. Prueba de ello han sido las constantes denuncias desde hace décadas de Amnistía Internacional en este sentido y en este ámbito. Ellos también han sido víctimas criminalizadas socialmente hasta el paroxismo y objeto de violencia y acoso de baja intensidad sólo por el hecho, repito, de ser vascos o sentirse vascos.


Siguen habiendo muchas víctimas de terrorismo, no sólo de ETA, sino de otras organizaciones que alimentan un listado de centenares de  personas asesinadas a manos de aparatos u organizaciones satélites relacionadas con las fuerzas de seguridad, la extrema derecha y las cloacas del Estado en tiempos de la Transición que han sido silenciadas. Sólo el GAL, fue la única organización que por intereses políticos del Partido Popular vio la luz y fue condenada no sólo legalmente sino socialmente. Son las víctimas invisibles. Víctimas que para Roberto Manrique son víctimas, sin importar los colores, las simpatías ideológicas, deportivas o políticas. Son víctimas que tienen vida. Y tienen un derecho a la memoria y al reconocimiento abierto y sincero. Esperan, muchas de ellas, que les pidan perdón por parte de quienes han hecho un daño injustificado y cruel y una rectificación por parte de la sociedad y el Estado por el trato tan nefasto que les ha otorgado. O mejor dicho, el no trato, porque tal y como denuncian las víctimas de Hipercor, se sienten abandonadas y olvidadas. Situación que, moralmente, dista mucho del canon de lo que debe ser una sociedad justa y plenamente democrática.


De momento, Roberto, en su reunión con el verdugo de Hipercor intuyó en el rostro del verdugo - según declaró a los medios de comunicación - un arrepentimiento profundo, pero no obtuvo una demanda de perdón explícito por parte de Rafael Caride. Y por otro lado, los políticos hablan pero no actúan, ahí siguen las treinta y tres víctimas no reconocidas. Cualquiera de ellas podría declarar perfectamente:

“Yo vine a comprar a Hipercor oiga, no pedí ninguna bomba y sin embargo me obligan a estar esperando en una ventanilla a obtener mi condición. Llevo veinticinco años, y ya ve usted, aquí sigo”..

Muchas incógnitas, muchas dudas, mucho sufrimiento, mucha injusticia. Y dolor mucho dolor. El dolor y la pérdida les mantiene con vida. Unos desde la vida, otros desde la muerte. Pero es otro tipo de vida y, no lo duden, mucho más digna a pesar de los que carecen de ella y elaboran leyes que luego no cumplen.

Así lo subraya Rosa,también víctima y que sobrevivió a la bola de fuego: a mí no me mataron, pero me mataron la vida.


Así es la vida de los muertos.