Quo Vadis 15-M?
Dos años después nos preguntamos qué
ha sido del 15-M y en qué medida ha cristalizado aquella marea de
movilizaciones:
¿La herencia del 15-M ha dado paso a
movilizaciones que han acabado atomizándose y han perdido fuerza y presencia?
O bien:
¿Ha sedimentado aquel
espíritu de barricada social en las conciencias y el movimiento ha evolucionado
dando paso a múltiples iniciativas con cara y ojos?
Un simple barrido de noticias en los
medios de comunicación durante el último
año arrojan cifras e indicadores con los que podemos constatar que,
efectivamente, del espíritu de barricada se ha evolucionado hacia la
materialización de iniciativas que han llevado a poner en entredicho las
políticas restrictivas del gobierno español e impuestas por los grandes
organismos monetarios y por el único timonel visible de la Unión Europea, el
gobierno alemán de Angela Merkel.
Cabe añadir que estas políticas se están
aplicando sobre sectores clave en el progreso de un país, como lo son la educación,
la investigación, la sanidad y la cultura o en clave empresarial como lo ha sido la reforma laboral. Con lo
cual, aquellos ámbitos estratégicos como es el de la innovación que permiten
progresar y modernizarse y adecuarse a una sociedad del conocimiento, donde el
papel de las tecnologías de la información y la comunicación es fundamental,
quedan relegados a meros proyectos en cola de espera. Y estas iniciativas de diferentes
colectivos han puesto en tela de juicio las carencias del sistema democrático
español y proponen, por poner unos ejemplos, soluciones como las siguientes:
- Una urgente reforma de la ley electoral donde unos pocos votos en Ávila
cuadruplican su valor ante miles de votos del área metropolitana de Barcelona.
- La aprobación de una verdadera Ley de Transparencia que permita el
derecho del libre acceso a la información de los ciudadanos y no la chapuza de
proyecto de ley que actualmente se está debatiendo.
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Cartel publicitario de la
Iniciativa Legislativa Popular |
- La reforma de diversas leyes injustas que dejan en clara indefensión a
los ciudadanos y que no contemplan la plena garantía procesal. Muchos jueces se
están negando (y jugándose su puesto) a aplicar plenamente la ley para no dejar
en la calle a familias con hijos.
- La puesta en práctica de la dación
en pago para las hipotecas,
iniciativa que es la que más eco social y difusión ha conseguido.
- Las diferentes iniciativas legislativas populares
(ILP) que solicitan entre otras, modificaciones de la Constitución española
para poner cauce a las mismas y que las peticiones de los ciudadanos no tengan
que acudir al único canal de trámite que existe actualmente: el de los partidos
políticos.
Varias de
las propuestas emergen de la idea de construir una sociedad basándose en la democracia participativa frente a la
democracia representativa.
¿Una
segunda transición?
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La sombra de Franco en la Transición
(autor: Alfredo Grimaldos) |
Tras muchas de estas iniciativas se
esconde lo que realmente es necesario y no es la de una segunda transición como apuntan algunos expertos que deberían profundizar e investigar una parte de la
historia que todavía esconde profundos agujeros negros sin explicar. No podemos
hablar de una segunda transición cuando no existió una primera. Es hora de que
se realice la verdadera Transición, que dejó de hacerse en los años 1977 y 1978
secuestrando y paralizando las iniciativas, que como en el 15-M, surgieron de
la base de movimientos ciudadanos y que fueron ahogados: movimientos obreros,
el movimiento feminista, militares y jueces
progresistas, asociaciones de vecinos, movimientos cristianos de base,
etcétera. Lo que ocurrió fue una transacción, se cambió todo para que todo
siguiera igual.
Pero el papel de la información y
como se gestiona y los medios de difusión de 2013 no son los mismos de
entonces. La segunda transición ni está, ni se la espera.
El
papel de las redes sociales
Las movilizaciones han contado
además con un gran aliado: el uso masivo de las nuevas tecnologías. Todas las
iniciativas han tenido muy presente desde el primer momento que al igual que
internet facilita la construcción de un mundo sin fronteras, transversal, líquido
y cambiante, las movilizaciones sociales han sabido interpretar la construcción
de su identidad de igual manera: alejándose de los clichés de mayo del 68, dejando
de lado las leyes de las fronteras e identidades, huyendo de las
jerarquizaciones en el marco de decisiones, realizando una lectura de lucha a
largo plazo y de que con barricadas incendiarias no se arreglará todo y basando
su logística e infraestructura organizativa de la comunicación y la difusión en
el uso de las redes sociales y los dispositivos inteligentes.
¿Quién dijo que el 15-M fracasó?
Desde una visión determinista como objeto podría llegar a discutirse. Pero el
15-M es signo de agua y fluye continuamente de forma cambiante. Y responde al
principio del filósofo presocrático Heráclito:
Todo fluye, nada permanece.
Líquido.
Voluble. Permeable. Mutante. Conciencia colectiva frente a individualismo.
Lo que diferencia este movimiento a otros es que se trata de un movimiento social en red como bien apunta el sociólogo Manuel Castells en su libro Redes de indignación y esperanza. (Alianza, 2012) y su valor radica no en si está teniendo éxito o no sino el propio cambio cultural que por sí mismo está consiguiendo y me atrevería a decir un cambio de mentalidad.
El 15-M fluye pero no permanece,
porque ha cambiado y se ha transformado. Obedece a una idea de conciencia
social, alejada de un dogma o ideología concreta, esquivando grupos de presión
de izquierdas Permeable al cambio y a la adaptación. Ideológicos son aquellos
que obedecen al gran amo: el Capital, pretendiendo conservar su
estatus y sus privilegios. Intentando sin éxito alguno, condenar y criminalizar
los seres mutantes del 15M tachándolos en vano de entes subjetivos y carentes de toda razón. Y para ello se alimentan de
la inacción de los que se miran esta crisis moral y social de grandes
dimensiones coaccionados por el miedo.
Aunque cada vez, son menos.